Buenos días compis,
Me da apuro decirlo, pero el blog se va de vacaciones de Navidad. Lo sé, lo sé, ¡cómo es posible! ¡Un opositor nunca tiene vacaciones! Pero es que tengo un tiempo muy limitado con mi familia este año, aunque libre de obligaciones opositoriles, por suerte, y quiero exprimirlo al máximo. Hace tiempo que no tenía vacaciones no-opositoriles y la verdad, ¡me muero de ganas!
Os prometo que volveré el jueves 9 de enero cargada de nuevas entradas y con muchas novedades (incluida esa entrada de la Escuela Judicial que tanto me pedís, y esa otra del Centro de Estudios Jurídicos que trataré de conseguir de algún compañero Fiscal). Estoy muy ilusionada con el blog, porque me parece, o al menos así me lo decís, que os ayuda en vuestra vida opositoril y eso me hace sentir útil :) Lo pasé muy mal de opositora y me gusta pensar que alivio un poco, aunque sea en parte, esa carga para vosotros.
El nuevo año, según creo, traerá también la nueva convocatoria, y entonces tendréis que darlo todo, aun más de lo que lo hacéis ahora, y seguro que, si os esforzáis mucho, aprobaréis y estaréis aquí en la Escuela o en el CEJ en 2014. ¡Son sitios preciosos! ¡Esto es vivir! Hay que esforzarse al máximo, pero todo llega.
Os deseo una Feliz Navidad cargada de turrón y chocolate y buenos momentos con la familia y amigos, y sí, quizás también cargada de Carperis y Códigos y subrayadores de colores, y un feliz Año Nuevo que seguro, seguro, si os esforzáis será el vuestro. La posibilidad está ahí, sólo hay que mirar hacia delante, correr ¡y cogerla!
¡Mucho ánimo compis! Y gracias por este final de año en el que me he sentido tan acompañada y tan comprendida :) Sois un sol y os merecéis lo mejor.
Información útil para preparar las oposiciones a la Carrera Judicial y a la Carrera Fiscal.
Introducción
Este blog tiene por objeto recopilar toda la información que pueda ser de utilidad para preparar las oposiciones a la Carrera Judicial y a la Carrera Fiscal. Desde 2001, el acceso a ambas es común, es decir, es necesario superar el mismo proceso selectivo para, posteriormente, entregar un documento en el que se opta por una Carrera u otra.
La información está organizada en secciones para que puedas seleccionar más fácilmente el tema en el que estás interesado.
Gracias por visitar el blog y espero que te sirva de ayuda.
Desde el 7 de febrero de 2014, el blog está cerrado, sin perjuicio de posibles actualizaciones del temario. No me comprometo a contestar emails ni comentarios. Éste ha sido uno de los proyectos más bonitos de mi vida y os agradezco haberme acompañado en el camino.
viernes, 20 de diciembre de 2013
jueves, 19 de diciembre de 2013
Preguntas frecuentes: cronómetro
He decidido dedicar una entrada al cronómetro, amigo fiel (o no) del opositor. Ésta puede parecer una cuestión muy simple: necesitas un cronómetro, así que vas a la tienda y compras el más bonito que veas. Es, de hecho, una de las primeras tareas que realiza el opositor para sentirse como tal, y que suele ir seguida de la foto de rigor.
Hay varios errores en el procedimiento anterior:
La tienda. La gran mayoría de los opositores, no sabiendo a dónde ir para comprar un cronómetro y puesto que deducimos que los cronómetros tienen algo que ver con el deporte, vamos a Decathlon. Hay algunos valientes que van a El Corte Inglés, pero yo soy de las primeras, así que me referiré a la antedicha tienda. Decathlon tiene muchos cronómetros, efectivamente, pero no todos son adecuados para la labor del opositor. Puedes probar a preguntarle al dependiente correspondiente, pero quizás te tome por loco (Ocurre. Doy fe.)
El cronómetro. Tu cronómetro, en esencia, ha de contar desde cero hasta 60 minutos. No obstante, una definición más amplia de lo que necesitas incluiría lo siguiente:
Accesorios. Es aconsejable tener, además del cronómetro, un reloj de pulsera con una esfera que se vea de forma clara para que, si hubiese algún problema con el cronómetro, aun así tuvieses una medida del tiempo invertido en la exposición.
Hay varios errores en el procedimiento anterior:
La tienda. La gran mayoría de los opositores, no sabiendo a dónde ir para comprar un cronómetro y puesto que deducimos que los cronómetros tienen algo que ver con el deporte, vamos a Decathlon. Hay algunos valientes que van a El Corte Inglés, pero yo soy de las primeras, así que me referiré a la antedicha tienda. Decathlon tiene muchos cronómetros, efectivamente, pero no todos son adecuados para la labor del opositor. Puedes probar a preguntarle al dependiente correspondiente, pero quizás te tome por loco (Ocurre. Doy fe.)
El cronómetro. Tu cronómetro, en esencia, ha de contar desde cero hasta 60 minutos. No obstante, una definición más amplia de lo que necesitas incluiría lo siguiente:
- Que sea grande para que se vean bien los números.
- Que no haga ruiditos. Como buena opositora que he sido, ODIO LOS RUIDITOS.
- A ser posible, que cuente los tiempos totales y los parciales. Esto significa que es conveniente que el cronómetro tenga dos "filas". En la fila de arriba contará el tiempo total de exposición (60 minutos) y en la fila de abajo contará el tiempo por tema (12-14 minutos). De esta forma, cada vez que acabas un tema, pulsas el botón y la fila de abajo se reiniciará para el nuevo tema, pero la de arriba continuará contando hasta llegar al tiempo total de exposición de los cinco temas.
- Es indiferente lo bonito que sea.
- Es indiferente si te haces o no una foto con él.
Accesorios. Es aconsejable tener, además del cronómetro, un reloj de pulsera con una esfera que se vea de forma clara para que, si hubiese algún problema con el cronómetro, aun así tuvieses una medida del tiempo invertido en la exposición.
Una vez hemos visto todas estas recomendaciones para comprar un cronómetro adecuado, os hago mi sugerencia. Yo tuve un cronómetro GEONAUTE ON START 300, que encontré en Decathlon, y que cumple todos los requisitos anteriores. Cuesta 19,95€ y podéis verlo aquí. Os adjunto también una foto para que veáis que, efectivamente, lo de que sea bonito no era un requisito importante para mí, pues el cronómetro es claramente naranja butano.
Conviene decir, como recordatorio final, que lo más importante de tener un cronómetro es ponerlo en marcha durante el examen. Es un error muy frecuente, ¡aunque pueda parecer lo contrario!
¿Y vosotros? ¿Qué cronómetro usáis? Si podéis recomendar algún otro a los compañeros, os estaré agradecida :)
lunes, 16 de diciembre de 2013
Estados de ánimo opositoriles: manías y supersticiones ("el síndrome del opositor")
¡Buenos días compis!
Opositar, ya lo sabemos, perjudica seriamente la salud. De hecho, aprobar no implica que estés curado... más bien al contrario, pues tus manías y supersticiones de opositor se mantienen en el tiempo e, incluso, se acentúan. Veamos algunas manías y supersticiones que vienen a conformar lo que yo llamo "el síndrome del opositor".
Veo artículos por doquier. ¿A quién no le ha pasado eso de aparcar el coche en el centro comercial, mirar el número para acordarte de donde lo has dejado, y pensar... "205... ¡calumnias!"? Y es que, efectivamente, estamos un poco locos. Deberían enclaustrarnos en nuestras casas para que no recitáramos artículos del Código Civil en función de las matrículas de coches que viéramos por la calle. Hasta tus hermanos pequeños creerán que eres raro, porque buscar números capicúas en las matrículas de los coches vale, pero artículos del Código Civil... Eres un friki.
Odio el tiempo. No sé vosotros, pero yo todavía no soy capaz de llevar un reloj. Si dan en punto, pienso que hay que empezar a cantar. Si dan y cuarto, creo que voy tarde en la exposición del tema y me van a invitar a retirarme. ODIO LOS RELOJES. ODIO LOS CRONÓMETROS.
Los ruiditos me ponen nerviosa. Yo creo que al opositor se le agudizan los sentidos. Nuestra definición de "silencio" llega a límites insospechados. ¿Nunca habéis estado estudiando y estáis convencidos de que se escucha un ruido? Y buscas el origen, lo buscas, lo buscas, le preguntas a tu madre, a tu padre, a tu hermano... y no está. ¡Pero está! ¡No estoy loca! Se escucha... ODIO LOS RUIDITOS.
Sé el tema que me caerá en el examen. El opositor es vidente. Al menos, cree que lo es, porque tanto tiempo delante de los mismos temas hace que empieces a ver relaciones inexistentes entre números, temas, palabras (a lo Nash en la película "Una mente maravillosa") y que creas que sí, lo sabes, por esto o por lo otro este tema te va a caer en el examen. Que sí, que sí, que mira, se me ha caído el café encima de esta página, ¿ves? Eso es que me va a caer en el examen. ¡Que este tema está impreso en papel reciclado! Eso es una señal, me va a caer en el examen. Que de verdad, que tengo que coger las bolas con la mano izquierda porque si no me van a salir unos temas horribles y voy a suspender. En fin...
Supersticiones previas al examen. Yo, antes del examen, tengo que pasar las páginas de todos los temas de los que me examino. Da igual que las lea o no, pero tengo que pasarlas. Es un convencimiento mental de que "me lo he mirado todo". Después, tengo que "comer" (entiéndase pasarme 45 minutos delante de una loncha de jamón cocido y un yogur natural y tratar de ingerir algo). Después voy al Tribunal Supremo y me siento en el banco junto a la entrada a la Sala. Me mantengo en silencio hasta que me llaman. Alguna vez he leído que algunos opositores, antes de entrar, abrazan a sus familiares. Yo no, si en un momento de tensión me abrazas, lloro, y si lloro, suspendo. Como veis, llevo genial las situaciones de tensión (nótese la ironía).
De todo esto, quiero que sepáis que sigo viendo artículos por todas partes, lo que pasa es que ahora me lo callo porque quiero parecer normal. Sigo odiando el tiempo y no llevo reloj, y cuando me lo regalan (como no lo llevo, todo el mundo piensa que es un regalo ideal) sonrío y pienso "mmm... quizás algún día, cuando no esté loca". Estoy muy orgullosa de decir que los ruiditos ya no me ponen nerviosa. Será porque vivo en una calle bastante ruidosa de Barcelona con unas ventanas que cierran mal y he tenido que acostumbrarme... lo llaman supervivencia, chicos ;) Y finalmente pero no menos importante, yo soy vidente. LO SOY. Estuve dos años diciendo que odiaba la accesión a muerte, ¿y qué paso en el examen? Que saqué la bola 23 de Derecho Civil. Ya veis, el destino y yo tenemos una relación complicada.
¿Y vosotros? ¿Qué otras manías o supersticiones tenéis? ¿También sois videntes? ¡Contadme! :)
Opositar, ya lo sabemos, perjudica seriamente la salud. De hecho, aprobar no implica que estés curado... más bien al contrario, pues tus manías y supersticiones de opositor se mantienen en el tiempo e, incluso, se acentúan. Veamos algunas manías y supersticiones que vienen a conformar lo que yo llamo "el síndrome del opositor".
Veo artículos por doquier. ¿A quién no le ha pasado eso de aparcar el coche en el centro comercial, mirar el número para acordarte de donde lo has dejado, y pensar... "205... ¡calumnias!"? Y es que, efectivamente, estamos un poco locos. Deberían enclaustrarnos en nuestras casas para que no recitáramos artículos del Código Civil en función de las matrículas de coches que viéramos por la calle. Hasta tus hermanos pequeños creerán que eres raro, porque buscar números capicúas en las matrículas de los coches vale, pero artículos del Código Civil... Eres un friki.
Odio el tiempo. No sé vosotros, pero yo todavía no soy capaz de llevar un reloj. Si dan en punto, pienso que hay que empezar a cantar. Si dan y cuarto, creo que voy tarde en la exposición del tema y me van a invitar a retirarme. ODIO LOS RELOJES. ODIO LOS CRONÓMETROS.
Los ruiditos me ponen nerviosa. Yo creo que al opositor se le agudizan los sentidos. Nuestra definición de "silencio" llega a límites insospechados. ¿Nunca habéis estado estudiando y estáis convencidos de que se escucha un ruido? Y buscas el origen, lo buscas, lo buscas, le preguntas a tu madre, a tu padre, a tu hermano... y no está. ¡Pero está! ¡No estoy loca! Se escucha... ODIO LOS RUIDITOS.
Sé el tema que me caerá en el examen. El opositor es vidente. Al menos, cree que lo es, porque tanto tiempo delante de los mismos temas hace que empieces a ver relaciones inexistentes entre números, temas, palabras (a lo Nash en la película "Una mente maravillosa") y que creas que sí, lo sabes, por esto o por lo otro este tema te va a caer en el examen. Que sí, que sí, que mira, se me ha caído el café encima de esta página, ¿ves? Eso es que me va a caer en el examen. ¡Que este tema está impreso en papel reciclado! Eso es una señal, me va a caer en el examen. Que de verdad, que tengo que coger las bolas con la mano izquierda porque si no me van a salir unos temas horribles y voy a suspender. En fin...
Supersticiones previas al examen. Yo, antes del examen, tengo que pasar las páginas de todos los temas de los que me examino. Da igual que las lea o no, pero tengo que pasarlas. Es un convencimiento mental de que "me lo he mirado todo". Después, tengo que "comer" (entiéndase pasarme 45 minutos delante de una loncha de jamón cocido y un yogur natural y tratar de ingerir algo). Después voy al Tribunal Supremo y me siento en el banco junto a la entrada a la Sala. Me mantengo en silencio hasta que me llaman. Alguna vez he leído que algunos opositores, antes de entrar, abrazan a sus familiares. Yo no, si en un momento de tensión me abrazas, lloro, y si lloro, suspendo. Como veis, llevo genial las situaciones de tensión (nótese la ironía).
De todo esto, quiero que sepáis que sigo viendo artículos por todas partes, lo que pasa es que ahora me lo callo porque quiero parecer normal. Sigo odiando el tiempo y no llevo reloj, y cuando me lo regalan (como no lo llevo, todo el mundo piensa que es un regalo ideal) sonrío y pienso "mmm... quizás algún día, cuando no esté loca". Estoy muy orgullosa de decir que los ruiditos ya no me ponen nerviosa. Será porque vivo en una calle bastante ruidosa de Barcelona con unas ventanas que cierran mal y he tenido que acostumbrarme... lo llaman supervivencia, chicos ;) Y finalmente pero no menos importante, yo soy vidente. LO SOY. Estuve dos años diciendo que odiaba la accesión a muerte, ¿y qué paso en el examen? Que saqué la bola 23 de Derecho Civil. Ya veis, el destino y yo tenemos una relación complicada.
¿Y vosotros? ¿Qué otras manías o supersticiones tenéis? ¿También sois videntes? ¡Contadme! :)
jueves, 12 de diciembre de 2013
Segundo y tercer ejercicios: exposición oral
Nos corresponde terminar la sección relativa al segundo y tercer ejercicios con la parte más importante de los mismos, esto es, la exposición oral. En esencia y en teoría, si te sabes los temas y los expones adecuadamente, has de aprobar. No obstante, hay una serie de "trucos" que pueden ayudarte a obtener una mejor puntuación y, por qué no, a aprobar en caso de que estés en la "zona de incertidumbre". Concretamente, se resumen en los siguientes:
Tratamos ahora algunos aspectos del segundo y tercer ejercicios que pueden ayudaros a dar la apariencia a que me he referido antes.
La exposición oral se hace en audiencia pública. Esto quiere decir que cualquier persona puede acudir a tu examen y oírte exponer. Puede entrar tu familia, amigos o tu novio o novia (plantéate cómo vas a estar más cómodo y coméntaselo a ellos, para que no hagan nada que pueda ponerte más nervioso de lo normal), pero también cualquier oyente que haya decidido pasarse por el tribunal ese día. Es posible que te pregunten si te importa que entren a verte, y también es posible que no te pregunten nada. Dependiendo del opositor, preferirá una cosa u otra. Por ejemplo, yo prefiero que no me digan nada, pero hay quien considera que es una falta de educación y de consideración el no hacerlo. Ni se te ocurra (ni a tu familia tampoco) pedirle al oyente que no pase a verte, porque no tienes derecho y puedes incurrir en situaciones muy violentas.
La exposición oral ha de hacerse igual que ante tu preparador. Con esto quiero decir que, una vez cojas las bolas y hagas los esquemas, digas "Con la venia del Tribunal comienzo mi exposición..." y empieces a cantar, has de hacerlo igual que lo has hecho siempre. Lo más importante es no dejarse vencer por el pánico o la inseguridad. Son temas que conoces, que has repasado muchas veces y que te sabes. ¡Te los sabes! Aunque creas que no, sí que te los sabes. Están en el fondo de tu mente, ¡confía! Entonces, abre la boca, empieza a hablar y sigue, sigue, sigue y sigue hasta el final. Que no te importe quién te está escuchando. Que se te olvide todo eso y sólo pienses en el tema concreto que estás cantando y en que te gusta y te lo sabes y en que esto es un mero trámite, porque tú ya eres Juez o Fiscal, y lo estás demostrando.
Entre tema y tema, coge aire y bebe un poco de agua. Este consejo es mi recomendación personal, si bien no todo el mundo ha de aceptarla como válida si ve que no le conviene. Recomiendo parar entre tema y tema para buscar los epígrafes en el programa, colocarte enfrente el esquema, coger aire y, personalmente, también para beber un poco de agua. De esta forma, te aseguras de no quedarte con la boca seca en medio de la exposición y tener que parar a beber. Está claro que beber entre un tema y otro parece más conveniente que beber a mitad de un tema, porque no rompe el ritmo de exposición. También está claro que, si tienes sed, has de beber cuando quieras y que esto no es determinante del aprobado o del suspenso.
Durante la exposición, mira un punto fijo o mira a los miembros del Tribunal. Aquí creo que hay dos opciones:
- Estar (o al menos parecer) seguro de ti mismo.
- Exponer de corrido y sin titubear, en voz alta y clara y con la rapidez adecuada, pero no tan rápido como para que no se entienda lo que dices.
Tratamos ahora algunos aspectos del segundo y tercer ejercicios que pueden ayudaros a dar la apariencia a que me he referido antes.
La exposición oral se hace en audiencia pública. Esto quiere decir que cualquier persona puede acudir a tu examen y oírte exponer. Puede entrar tu familia, amigos o tu novio o novia (plantéate cómo vas a estar más cómodo y coméntaselo a ellos, para que no hagan nada que pueda ponerte más nervioso de lo normal), pero también cualquier oyente que haya decidido pasarse por el tribunal ese día. Es posible que te pregunten si te importa que entren a verte, y también es posible que no te pregunten nada. Dependiendo del opositor, preferirá una cosa u otra. Por ejemplo, yo prefiero que no me digan nada, pero hay quien considera que es una falta de educación y de consideración el no hacerlo. Ni se te ocurra (ni a tu familia tampoco) pedirle al oyente que no pase a verte, porque no tienes derecho y puedes incurrir en situaciones muy violentas.
La exposición oral ha de hacerse igual que ante tu preparador. Con esto quiero decir que, una vez cojas las bolas y hagas los esquemas, digas "Con la venia del Tribunal comienzo mi exposición..." y empieces a cantar, has de hacerlo igual que lo has hecho siempre. Lo más importante es no dejarse vencer por el pánico o la inseguridad. Son temas que conoces, que has repasado muchas veces y que te sabes. ¡Te los sabes! Aunque creas que no, sí que te los sabes. Están en el fondo de tu mente, ¡confía! Entonces, abre la boca, empieza a hablar y sigue, sigue, sigue y sigue hasta el final. Que no te importe quién te está escuchando. Que se te olvide todo eso y sólo pienses en el tema concreto que estás cantando y en que te gusta y te lo sabes y en que esto es un mero trámite, porque tú ya eres Juez o Fiscal, y lo estás demostrando.
Entre tema y tema, coge aire y bebe un poco de agua. Este consejo es mi recomendación personal, si bien no todo el mundo ha de aceptarla como válida si ve que no le conviene. Recomiendo parar entre tema y tema para buscar los epígrafes en el programa, colocarte enfrente el esquema, coger aire y, personalmente, también para beber un poco de agua. De esta forma, te aseguras de no quedarte con la boca seca en medio de la exposición y tener que parar a beber. Está claro que beber entre un tema y otro parece más conveniente que beber a mitad de un tema, porque no rompe el ritmo de exposición. También está claro que, si tienes sed, has de beber cuando quieras y que esto no es determinante del aprobado o del suspenso.
Durante la exposición, mira un punto fijo o mira a los miembros del Tribunal. Aquí creo que hay dos opciones:
- Si estás inseguro en el tema concreto que te toca exponer o si estás empezando la exposición y aún no se te ha pasado el pánico, conviene mirar un punto fijo por encima o por debajo del Presidente del Tribunal. Así podrás exponer sin ponerte nervioso y los miembros del Tribunal no serán plenamente conscientes de que no les estás mirando a ellos, puesto que has seleccionado un punto fijo muy cercano a los mismos.
- Si te sientes seguro de ti mismo, sea porque controlas el tema o porque ya has cantado un par de temas o tres y ves que vas bien, es conveniente que expongas mirando a los miembros del Tribunal. Así conseguirás una exposición más amena y entretenida para ellos y darás sensación de seguridad.
En cualquier caso, también puedes mirar continuamente los esquemas y no será determinante del aprobado o el suspenso.
Te comunicarán tu nota el mismo día del examen. Es posible que tal comunicación la hagan justo después de haberte examinado o al final del día, cuando todos los compañeros se hayan examinado. Si has cantado todos los temas, necesariamente habrás de salir en acta con alguna de estas calificaciones:
- Suspenso directo. Implica que consideran que no tienes nivel suficiente para aprobar y por tanto te suspenden desde el principio, sin entrar a dar puntuaciones. Esto suena muy cruel y siento tener que exponerlo así, pero es lo que ocurre en la realidad. Si alguien que me lee ha tenido un suspenso directo, lo siento muchísimo porque creo que es una calificación muy desmoralizante, sobre todo para quien ha conseguido cantar todos los temas.
- No apto. Implica que no llegas a una nota de 25 sobre 50.
- Apto. Implica que llegas a una nota que es de 25 o más sobre 50.
Si no has acabado de cantar todos los temas, sea porque no te presentas; porque coges las bolas y te vas; porque coges las bolas y cantas algún tema y te retiras; o porque coges las bolas y cantas algún tema y te retiran, no saldrás en actas.
Bueno, creo que esto es todo. Espero que os sirva de ayuda y ya sabéis, si tenéis alguna duda concreta, no dudéis en consultármela :)
lunes, 9 de diciembre de 2013
Estados de ánimo opositoriles: opositar es más complicado que ser piloto de MotoGP
Buenos días compis,
Ya habréis visto que me gusta más una comparación que una tarta de chocolate. (Bueno, quizás tanto no, pero casi). En la entrada "Manual del profano" hice una comparación entre opositar y ser Fernando Alonso, pero seamos sinceros, yo no sé nada de automovilismo y sí que me gustan bastante las motos, así que es obligado que cambie el símil.
¿Por qué opositar es más complicado que ser piloto de MotoGP?
- Bueno, para empezar, cuando eres
piloto de MotoGP molas. La gente te admira, te hace un club de
fans, las chicas se te echan encima... Cuando eres opositor la gente (a
veces) te mira (pero las que menos), te hace un club especial (tú y tu
oposición, CAUTION! NO TRESPASSING), las chicas te echan encima... el cubata
(vete, bicho, ¿por qué estás tan pálido? Zombie).
- Para seguir, cuando eres piloto de
MotoGP, si ganas las carreras está guay, pero si no también. Cualquiera
querría cambiarse por ti. Cuando eres opositor, estás por debajo del
zapato del más nauseabundo ser que respira en la superficie de la tierra.
No tienes estatus alguno. Ni las cucarachas se cambiarían por ti, ¿para
qué van a hacerlo? Ellas al menos sobrevivirían a un ataque nuclear. Tú
no.
- Los pilotos de MotoGP cobran...
dinero. Los opositores sólo escuchan
eso de "vas a cobrar" de los labios del preparador cuando no
llevan los temas previstos... y no habla de billetes.
- Los pilotos de MotoGP sufren lesiones
físicas graves... y nosotros no (¡algo
bueno tenía que tener opositar!)
Bromas aparte, opositar es ese estado en el que no eres nadie, pero esperar serlo en un futuro próximo. En la mayoría de las profesiones, el ascenso es gradual. En nuestro ejemplo de piloto de MotoGP, el piloto en cuestión empieza, por ejemplo, en el Campeonato de España de Velocidad, después va al Mundial a un equipo de Moto3, luego sube a la categoría de Moto2 y finalmente a la de MotoGP. Hay una adaptación entre "hola, soy un proyecto de piloto mundialmente conocido" a "hola, soy campeón del mundo de MotoGP".
En nuestra profesión, no obstante,
no hay tal adaptación o ascenso gradual. Pasamos de no ser nadie a, de repente
y de un día para otro, ser el amigo que todos querrían tener. En mi opinión, la
etapa de madurez que otros pasan en 5 ó 10 años, nosotros la pasamos mientras
opositamos. Hay que aprovecharla y aprender. Hay que creer siempre en nosotros
mismos, en que somos alguien, aunque el resto necesite ese factor externo que
es aprobar para poder reconocérnoslo.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Compatibilizar la oposición con... el último año de carrera universitaria
¡Chicos! Hoy comenzamos una nueva sección relativa a compatibilizar la oposición con la carrera, el trabajo, un máster... o con lo que cada uno quiera. Yo no tengo experiencia en estas materias, así que le he pedido ayuda a una compañera para que os comente la suya. Adoro a mi compi, así que espero que le comentéis cosas bonitas :) Os dejo con ella.
Comenzar la oposición de
judicatura es una decisión que cambiará tu vida 180º. Las tardes de familia,
amigos y novios/as pasarán a un segundo plano, serán unos años de tu vida en
los que congelarás las relaciones sociales y pasarás a ser un ser extraño,
pasarás a ser “un opositor”.
Y es que la oposición te absorbe
mucho tiempo. Son 320 temas que tienes que saber recitar a la velocidad del
rayo y eso sólo se consigue con muchas horas de estudio. Aquí no hay
trucos, aprobar implica estudiar,
estudiar MUCHO. Por ello, lo normal es que los opositores dediquemos el 100% de
nuestro tiempo a los Carperis y compatibilizar la oposición con otra cosa es
muy difícil. Sin embargo, es factible aunque, y aviso a navegantes, requiere dar lo máximo de ti para conseguir tu
objetivo.
Yo decidí compatibilizar la
oposición con mi último año de carrera. Hice una doble licenciatura de 5 años,
pero el plan de estudios de mi universidad permitía en cuarto hacer separación
de expediente y licenciarte en Derecho; por lo que me quedaba un año de una
segunda carrera que, aunque aumentaría mi currículum, lo cierto es que no me servía
para mucho, por lo que decidí aprovechar ese año para comenzar mi andadura
“opositoril”.
Debo decir que, aunque tenía un
híbrido entre el plan Bolonia y Licenciatura, lo cierto es que la mayoría de
los profesores fueron muy comprensivos con mi decisión y me dieron un trato muy
flexible que me permitía entregar los trabajos, hacer exposiciones sin ir a
clase e ir al examen final en unas condiciones muy similares a mis compañeros.
Digo la mayoría porque hubo una profesora que me dijo: “Si tú quieres jugar a ser
opositora y creer que estudias tú misma, pero esto es una universidad
presencial y yo no admito jueguecitos. Dado que no eres Bolonia tengo que
permitirte no venir a clase, pero tu examen será más difícil que el de tus
compañeros y ya te digo yo que al final sólo lograrás perder un año en el que
sacarás unas pésimas notas en la carrera y no verás bien el temario de esa
oposición que dices que quieres sacar con tantas ganas”.
¡Que equivocada estaba esa
profesora! Cuando alguien decide empezar a opositar lo da todo por un sueño y,
si además decide hacerlo mientras termina la carrera, se saca un máster o está
trabajando, no es porque no tenga nada mejor que hacer, es porque tiene muy
claro que va a luchar como una fiera
hasta lograr el objetivo. Y eso fue lo que hice yo, aprobando la carrera y
posteriormente entrando en la 65ª Promoción de la Escuela Judicial.
La autora de este blog me propuso
que hiciera esta entrada para contaros mi experiencia personal, pero yo creo
que en lugar de daros la lata con un año de mi vida muy intenso para mi cerebro
pero poco interesante a niveles sociales, lo mejor será daros algún truquito
para unir la oposición con un último año de carrera o un máster.
El primer paso es conocer el programa de estudios de la
carrera. Tenéis que comprobar si es obligatoria o no la asistencia a clase,
los puntos que perderíais si no vais, que horario tenéis… También, en este
punto, debéis hablar con los profesores para que conozcan vuestra situación e
intenten ayudaros en cuanto puedan.
Si la respuesta es que tienes que
ir al 100% de las clases y tienes 1 millón de trabajos semanales… ¡¡Replanteaos
de nuevo si realmente queréis meteros en esta locura!! Pero si aun así queréis
hacerlo, yo aquí recomiendo empezar algo “light”, pensad que ese año será de
toma de contacto. Aprovechad para ir haciendo vuestros propios temas que serán
vuestra guía durante la oposición (aprovechad también la oportunidad que os
brinda la autora de este blog, coged sus temas y ¡hacedlos vuestros! Eso os
permitirá avanzar MUCHO más rápido en la oposición), oíd como cantan otros
opositores y buscad un buen preparador que se adapte a vuestras necesidades. En
definitiva, empezaréis a descubrir lo que es opositar, y quizás no durante todo
el año, sino sólo en los últimos meses que os quedan antes de entrar por
completo en la oposición.
Por el contrario, si me decís que
la asistencia a clase es flexible y no tenéis muchos trabajos como me pasó a
mí, os recomiendo que intentéis exprimiros cual pomelos y volcaros al máximo en
la oposición. Creedme, ¡no sabéis lo que puede dar de sí vuestro cerebro hasta
que empezáis a exprimirlo!
En este punto tenéis que tomar una decisión. Y ojo, tenéis que
tomarla estando muy seguros, porque supone renunciar a TODO, o a casi todo, por
el estudio.
Una vez hayáis decidido lo que
queréis hacer, preparad un planning de
estudio. Este planning es vuestra
hoja de ruta y es vital para cualquier opositor. La buena organización es la clave del éxito. Unir los estudios con
la oposición os hará unos maestros de la organización, maestros en estirar el
tiempo. Descubriréis como en media hora libre se puede ver una serie, hablar
con tu madre, saquear la nevera y ¡hasta enfadarte con el vecino ruidoso!
Son unos trucos muy útiles, ¿verdad? ¿Alguno de vosotros compatibiliza la oposición con alguna otra cosa? ¿Tenéis algún otro consejo que aportar? ¡Feliz jueves!
lunes, 2 de diciembre de 2013
Estados de ánimo opositoriles: la familia, pilar inquebrantable
Buenos días compis,
Esta entrada va dedicada a mi familia. (Papi, sé que lees el blog de vez en cuando, así que he decidido dedicaros una entrada para que veáis todo lo que os quiero.)
Podemos hacer un experimento. Antes de empezar a opositar, haz una lista de tu gente imprescindible, la que crees que estará ahí siempre, en lo bueno y en lo malo. ¿Ya? Seguramente has anotado a tu madre, tu padre, tu hermano o hermana, quizás algún otro familiar cercano, tu novio o novia y algún que otro amigo. Seguramente te ha salido mucha gente, y te sientes feliz de tener a tantas personas a tu lado.
Cuando lleves un año o año y medio opositando, revisa tu lista. Tacha a quien no cumplió las expectativas. Bueno, más bien a quien, en lugar de apoyarte y ayudarte, se dedicó a destruirte. Es posible que tu lista se vaya volviendo más pequeña por momentos, que salga de ella el novio o novia, o algún amigo.
Finalmente, cuando llegue el momento decisivo (que apruebes o no el último ejercicio, que obtengas o no plaza, o que estés tan cansado que te plantees no continuar), mira otra vez tu lista. Tacha de nuevo. Y si aún te queda alguien más que tu padre, tu madre o tu hermano o hermana, ¡siéntete orgulloso! ¡Agradéceselo! Opositar es complicado, pero también es complicado ser el apoyo del opositor, y ellos no tienen más regalo que compartir tu éxito.
Hablando con los compañeros que ahora están en la Escuela Judicial, todos coincidimos en que la familia es lo más importante, y en que muy probablemente no habríamos aprobado sin ellos. Hay muchas anécdotas que pueden reforzar este hecho. Así, a modo de ejemplo, os indico algunas que me han pasado personalmente:
Esta entrada va dedicada a mi familia. (Papi, sé que lees el blog de vez en cuando, así que he decidido dedicaros una entrada para que veáis todo lo que os quiero.)
Podemos hacer un experimento. Antes de empezar a opositar, haz una lista de tu gente imprescindible, la que crees que estará ahí siempre, en lo bueno y en lo malo. ¿Ya? Seguramente has anotado a tu madre, tu padre, tu hermano o hermana, quizás algún otro familiar cercano, tu novio o novia y algún que otro amigo. Seguramente te ha salido mucha gente, y te sientes feliz de tener a tantas personas a tu lado.
Cuando lleves un año o año y medio opositando, revisa tu lista. Tacha a quien no cumplió las expectativas. Bueno, más bien a quien, en lugar de apoyarte y ayudarte, se dedicó a destruirte. Es posible que tu lista se vaya volviendo más pequeña por momentos, que salga de ella el novio o novia, o algún amigo.
Finalmente, cuando llegue el momento decisivo (que apruebes o no el último ejercicio, que obtengas o no plaza, o que estés tan cansado que te plantees no continuar), mira otra vez tu lista. Tacha de nuevo. Y si aún te queda alguien más que tu padre, tu madre o tu hermano o hermana, ¡siéntete orgulloso! ¡Agradéceselo! Opositar es complicado, pero también es complicado ser el apoyo del opositor, y ellos no tienen más regalo que compartir tu éxito.
Hablando con los compañeros que ahora están en la Escuela Judicial, todos coincidimos en que la familia es lo más importante, y en que muy probablemente no habríamos aprobado sin ellos. Hay muchas anécdotas que pueden reforzar este hecho. Así, a modo de ejemplo, os indico algunas que me han pasado personalmente:
- Cuando no salía la convocatoria de 2012, los opositores llamábamos regularmente al CGPJ para preguntar por ella. Dado que toda mi vida giraba en torno a la oposición, pasé una época horrible, en la cual me daba incluso miedo llamar al Consejo por temor a que me dijeran "No, no sabemos nada". Un día estaba mi hermano en casa y me vio con el teléfono, dudando si llamar o no, y me dijo "Trae, que llamo yo". Y llamó. Y no se enteró de nada, que todo hay que decirlo, porque el funcionario comenzó a decirle que si se habían presupuestado no se cuántas plazas en no se qué disposición transitoria de no se qué Ley, y claro, mi hermano que es de Ciencias, cuando colgó el teléfono, no sabía decirme exactamente ni las plazas, ni la disposición transitoria, ni la Ley. Al fin y al cabo el resultado era el mismo de siempre, que no sabían nada. ¡Pero nos reímos mucho! :)
- Cuando me cansaba de estudiar siempre sola en casa, mi hermano siempre me llevaba con él a la biblioteca. Con sus amigos y todo ¿eh? Y yo con mi blanco nuclear y mi cara de opositora, y él ahí, queriéndome a pesar de todo.
- Mi Loli siempre guardaba el ratito de planchar para cuando yo desayunaba, y así hablábamos un rato y me despejaba. El día 14 de febrero me enseñó que su hijo pequeño le había pintado un corazón, y como me encantó, me pintó otro a mí y me compraron una palmera con forma de corazón para merendar. Me derrito.
- Mi padre y yo siempre comíamos juntos. Poníamos la televisión y siempre todo eran malas noticias, así que decidimos conjuntamente ver los deportes cuatro. Tenemos un máster en Mourinho, Cristiano Ronaldo, Casillas, Messi y todos sus amigos. Acreditado.
- Mi padre siempre se reía de mí porque siempre iba atrasada con el planning. Toooodas las semanas. Eso me desestresaba mucho. Es cierto que mi planning siempre ha sido infernal, pero hasta que no te lo dice alguien externo, no te lo crees.
- Al final de la oposición, me despertaba a las 6 de la mañana para repasar. Era muy gracioso porque le decía a mi hermano que cuando él llegara de fiesta, yo me levantaba a estudiar, por lo que le tenía totalmente prohibido llegar antes de las 6. Él, por supuesto, estaba contentísimo. Mi madre se levantaba a las 6:30 a dar una vuelta por la casa, como si fuera lo más normal del mundo o como si tuviera algo que hacer, pero era para controlar que yo estaba bien. No me hablaba (yo pre-examen estoy de un humor de perros) y se volvía a dormir. Al cabo de un rato hacía la misma operación, y así hasta que yo la dejaba levantarse (como a las 9 de la mañana, antes me daba rabia porque a esas horas hay que estar durmiendo). Ya veis, yo pre-examen soy inaguantable.
- Cuando aprobé, no lloré ni me emocioné. Es raro, lo sé, pero estaba como si me hubieran pegado una paliza, no sentía nada. Fuimos a un bar a merendar algo y mi madre me dio un regalo. Es el regalo más bonito que me han hecho en mi vida. Era un álbum de fotos con fotos de la oposición (salgo horrible en todas, por supuesto) y mi madre y mi padre habían añadido dedicatorias. En la página final pone "Y aquí tus padres. Encantados y orgullosos de ser los padres de SU SEÑORÍA". ¡¡Y lo pusieron antes de saber que había aprobado!! Porque tu familia cree en ti, y creen siempre.
Seguro que os sentís identificados con alguna anécdota. La familia es lo más importante. Ahora me parece que nunca se lo podré agradecer suficiente, aunque mi preparador me dijo, el día que aprobé, algo de lo que todavía me acuerdo. Me dijo que esto que había hecho (esforzarme al máximo para aprobar) era la mejor forma de dar las gracias y que mi éxito era también el de ellos. Así que con eso me quedo. ¡¡¡OS QUIERO MUCHO!!!
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