Organización y gestión del tiempo

Independientemente del ritmo de estudio que cada uno lleve, lo cierto es que lo general es dedicar de 8 a 10 o incluso 12 horas diarias al estudio de la oposición, durante 6 días a la semana. Lógicamente, hablo del “opositor en exclusiva”, pues cualquier tipo de compatibilización de la oposición con otras tareas (trabajo, maternidad o paternidad, etc.) impide que el horario sea tan estricto.

Para decidir cómo gestionar esas horas de estudio diarias, el opositor primero tiene que descubrir cuál es el modo óptimo (para él) de estudiar los temas. El proceso de estudio generalmente tiene las siguientes fases:

• Primera aproximación. En esta fase el opositor prepara el tema para estudiárselo: comprende los conceptos e instituciones, identifica los artículos de que consta el tema y lo resume para que quede en tiempo. Algunos opositores hacen resúmenes de los temas a ordenador, otros los hacen a mano, otros subrayan los libros y estudian directamente de ellos, otros subrayan los libros y después hacen un esquema, etc. Dado que es una fase que requiere concentración, pero no tanta como para la memorización, debería hacerse en una franja horaria en que estemos más cansados o nos dé pereza estudiar. Esto depende de cada uno: hay personas que están poco motivadas por la mañana y deciden entonces dedicarse a esto desde primera hora; y otras a las que les cuesta mucho la memorización en la franja horaria de la tarde y por tanto la utilicen para preparar el tema que han de estudiarse al día siguiente. Creo que es necesario marcarse un tiempo máximo para realizar esta primera aproximación, evitando así que se eternice. Por ejemplo, yo hacía los resúmenes de los temas en la franja horaria de la noche y me daba como máximo 2 horas y media. Después, me iba a dormir hubiera acabado o no (lógicamente, si no había acabado tenía que retomarlo al día siguiente, pero en muchos casos ver que llegaba la hora de acostarse sin haberlo acabado me daba fuerzas para darme más prisa).
• Estudio del tema. En esta fase el opositor memoriza el tema. Cada uno puede estructurar la memorización como desee, pero si tuviera que hacer una recomendación, diría que consta de los siguientes pasos:
• Lectura comprensiva de todo el tema.
• Memorización de cada párrafo. Para ello, dar el número de lecturas que cada uno considere que necesita y utilizar, en su caso, los métodos de estudio que le sean útiles (escribir el párrafo, garabatear los elementos nucleares del mismo, hacer dibujitos…).
• Memorización de las listas. Si hay una lista, hay que dedicar tiempo adicional a decirla en orden y no olvidar ningún inciso.
• Memorización de la estructura del tema. Una vez nos sabemos el tema, tenemos que asegurarnos de que no nos olvidamos ninguno de los párrafos ya memorizados.
• Repaso del tema. En esta fase, se repasa el tema ya estudiado. Puede hacerse el mismo día en que se ha estudiado el tema, aunque personalmente creo que es recomendable hacer el repaso al día siguiente y también el mismo día que se va al preparador. Algunos opositores optan por cantarlo en voz alta y con cronómetro en mano, y otros por hacer un mero “repaso mental” de los temas.

Por otra parte, si además de estudiar temas nuevos haces repasos de otros antiguos, conviene elegir para éstos la franja horaria que más te convenga. Quizás sea a primera hora (motiva mucho acabarlos en poco tiempo y puede darte fuerzas para empezar bien el día) o quizás sea a última hora (porque estás más cansado y te cuesta menos repasar los antiguos que estudiar los nuevos).

Es obvio que a lo largo de todo el proceso anterior, el opositor ha de tomarse descansos. La gestión del tiempo de descanso es muy personal: hay opositores que prefieren sentarse en la silla y no levantarse de ahí durante toda la franja de estudio (mañana, tarde o noche), y otros que necesitan cambiar de zona de estudio o tomarse 5 ó 10 minutos cada hora o 2 horas de estudio. De cualquier manera, podría dar las siguientes recomendaciones:

• Establecer un horario de estudio diario “estándar” que no experimente grandes modificaciones, y hacer pequeñas innovaciones cada cierto tiempo dentro de las franjas de estudio establecidas. Por ejemplo, un horario de estudio “estándar” de 8 horas diarias efectivas sería levantarse y desayunar, estudiar de 9 a 2, comer, siesta, estudiar de 5 a 9, tiempo libre, cenar y dormir. Dentro de estas franjas de estudio, pueden hacerse pequeñas innovaciones como descansito de 11 a 11:30, o pasar de la siesta y adelantar el estudio de 4 a 8 para acabar antes y poder salir un rato. Observa que el horario señalado son 9 horas diarias, pero estimo que con los descansitos acaban siendo 8 horas efectivas.
• Cuando notes que la concentración baja, conviene hacer un pequeño descanso y recuperar fuerzas. Dependiendo del caso, simplemente necesitarás comer algo o charlar con algún compañero, o bien hacer algo de deporte o salir a dar una vuelta o incluso meramente ducharte para recuperar fuerzas y empezar de nuevo.
• Si aun así la concentración sigue sin aparecer, a mí me funciona cambiar de lugar de estudio. Puedes estudiar en casa, en alguna biblioteca, o incluso salir a dar una vuelta con los auriculares puestos y escuchando los artículos en formato mp3.

¿Y vosotros? ¿Cómo organizáis el tiempo de estudio?